Tocar el suelo con las manos

 

Tocar el suelo con las manos es una habilidad que se va perdiendo con el tiempo (cronológico y de no entrenamiento), el cuerpo en bípedestacion genera acortamiento permanente sobre los músculos posteriores ocasionando limitaciones y dolores corporales.
No alcanzar el suelo informa sobre la falta de flexibilidad de la estructura músculo-esquelética de la parte posterior del cuerpo o lo q es lo mismo, pero más gráfico, denota a las personas que conviven con un asador en el lomo y les cuesta ponerse hasta los zapatos.
Una simple prueba o una gran hazaña (según sea el caso) nos pondrá en evidencia la flexibilidad de la cadena posterior, sobretodo de la espalda y piernas. Colóquese en posición de parado, con los pies juntos e intente tocar el suelo con las manos manteniendo las piernas rectas (como se muestra en la imagen), luego flexione las rodillas y vuelva a la posición inicial. Si la conclusión es que no se puede vivir tan lejos del suelo le recomiendo empezar a flexibilizar su cadena posterior.
No es casualidad que la mayoría de los dolores corporales sean en la parte de atrás del cuerpo: cervicales, trapecio, espalda, músculos posteriores de la pierna (isquiotibiales) y gemelos tienden a acortarse y manifestar dolor, el clásico dolor de espalda baja sin causa aparente por ejemplo. Y por el contrario es difícil escuchar quejas sobre contractura abdominal, sobrecarga de pectorales o tensión del vasto interno, sobretodo este último que la mayoría no tiene idea donde está.
Por lo tanto hay relación entre acortamiento muscular posterior y «algias» (dolor) por todos lados, ya que, siguiendo con el ejemplo, una espalda acortada es una espalda aplastada, comprimida y limitada en sus movimientos.
Tocar el suelo con las manos, además de un desafío para muchos, es alcanzar una dimensión desconocida, habitar un espacio que nos pertenece, tener una espalda saludable e incluso nos permite atarnos fuerte los cordones y andar por la vida sin dolor!
Lic. Cristian Tablado